lunes, 31 de marzo de 2014

Última copa.

Dar marcha atrás.
Así, como un cangrejo sentimental
para tararearnos todo lo que fuimos
y dejamos a medias.

Como la última copa 
que nadie se bebe entera.

Irrumpir en el pasado
e ir haciendo paradas
en cada uno de los bares
que saben de tu olvido
y que vieron morir
todas nuestras etapas.
Escenarios fieles de todo
lo que te amé y te odié
cuando aún estabas aquí
para poder hacerlo.

Y en el octavo whisky
que esta vez si me beberé,
volver a quererte aposta, consciente
a sabiendas de que no me llevas
a ninguna parte;
y que probablemente
es la cosa más inútil
que haya hecho jamás.

Después me iré a casa
esa vez sin ti, y sin reconciliación.
Sólo yo, y este atisbo de pasado
que hoy ha tenido huevos
de dejarse caer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario